Al llegar la primavera, los cerezos cubren de un velo blanco el paisaje japonés y los viandantes aprovechan para contemplar tan magno evento. El paisaje de copas de árboles cubiertas de “hananis”, las flores que cubren los cerezos, contrasta con la infinita jungla de asfalto japonés de intrincadas circunvalaciones, carreteras, y aceras atestadas de agitados viandantes. Éstos dan vida a las grandes urbes japonesas que convive con el Japón tradicional.
La comida japonesa, vuelve la vista atrás y se nutre de historia y de influjos que la configuran tal y como es. No es solo sushi: es una gran variedad de platos con personalidad propia e historia diferenciada. Son sabores y texturas. Son presentaciones cuidadas, son alimentos de excelente calidad.
La comida japonesa permite al comensal dar un bocado a las raíces del país nipón, pudiendo disfrutarla con cualquier presupuesto. Incluso los presupuestos más ajustados permiten degustar el sabor japonés: sopas de profundo aroma o cuencos de fideos de sabor sublime.